Erase una vez... {NORMAL}

¿Alguna vez te contaron que los cuentos de hadas tenían un final feliz? ¿Que todos vivían felices y comían perdices? Pues bien... No todo es lo que parece desde un principio.

La historia de Blancanieves es conocida por todo el mundo. Mordió la manzana envenenada que le dio su madrastra, por amor a su Príncipe Azul, y fue dada por muerta. Los siete enanitos, incapaces de enterrar tanta belleza, construyeron un ataúd de cristal, y la velaron día y noche hasta que, guiado por la fuerza del amor verdadero, James, el príncipe, logró encontrarla una vez más, y tras darle un beso, rompió la maldición.

Una gran boda siguió al feliz acontecimiento. Una gran boda en la que todo el reino estuvo presente... incluida la persona que tantas veces había tratado de destruir la felicidad de la feliz pareja, a pesar de no haber sido invitada. Irrumpiendo a mitad de la celebración, la Malvada Reina prometió delante de todos destruir la felicidad de Blancanieves y James para siempre, y huyó antes de que nadie pudiera detenerla.

Tras quedar embarazada Blancanieves, la última amenaza de la Reina cobraba cada vez más fuerza, y para evitar que su futuro hijo corriera peligro, se decidió pedir ayuda a Rumpelstiltskin, quien se encontraba encerrado en las mazmorras. Él habló de la maldición que se avecinaba, y formuló un presagio: el Bosque Encantado sucumbiría al hechizo, sumiéndose en la derrota. Sin embargo, la hija de Blanca y James, tras cumplir los 28 años, volvería a sacarles de las tinieblas.

Al enterarse de aquello, se empezaron a buscar soluciones. A partir de un árbol mágico, se encargó a un carpintero de nombre Gepetto que se encargara de construir un armario de aquella madera, suficiente para albergar a Blanca y su hija, y transportarlas lejos del maleficio. Sin embargo, la princesa dio a luz antes de lo esperado, y mientras la maldición se extendía por el castillo, James recorría los pasillos del mismo, con la espada en una mano, y su hija recién nacida, Emma, en otra.

Consiguió su propósito: en el último momento, consiguió depositar al bebé en el armario, y salvar así su destino. Sin embargo, no salió ileso: fue herido de muerte, sobreviviendo solamente gracias al conjuro, que en aquel momento se expandió hasta cubrir todo el territorio.


Los personajes de cuentos quedaron atrapados en un mundo sin magia, el nuestro, sin recuerdos sobre sus vidas anteriores, y desapareciendo para ellos toda posibilidad de ser felices, congelados en el tiempo. 28 años después, Blancanieves vive ahora bajo el nombre de Mary Margaret Blanchard, la maestra del pueblo. James se encuentra en coma, tumbado en una cama del hospital, sin que nadie sepa nada sobre él. Caperucita Roja y su abuela regentan una pequeña posada, Pepito Grillo es psicólogo... y por encima de ellos, los dos únicos personajes que realmente saben qué está pasando en la ciudad. El misterioso Sr. Gold, dueño de prácticamente todo el pueblo, y la alcaldesa, Regina Mills.

Pero no todo son circunstancias adversas. La alcaldesa de Storybrooke adoptó un niño hace 10 años, sin saber que era el hijo de Emma, quien había crecido y vivido en la Tierra, y que lo dio en adopción al ser demasiado joven para hacerse cargo de él. Con la ayuda de un libro que le regaló su maestra, Henry Mills descubre el maleficio, y decide buscar a su madre, para traerla a la ciudad, y ayudar a los habitantes de Storybrooke a obtener su Felices para siempre.